Y ahí estaba yo, otra vez sentada en mi banco preferido ubicado en un parque de la hermosa zona colonial de Santo Domingo, admirando la maravillosa arquitectura que decora esta zona histórica y turística de mi país. Confieso que mientras rondaba los veinte años, ese lugar se convirtió en un refugio para mí. Cuando tenía alguna situación difícil y la carga se hacía insoportable, necesitaba despejar mi mente, descansar y relajarme, entonces ese era un lugar al que decidía ir. Era un tiempo...
Leer masEs un regalo que nos encontremos nuevamente. Me bendice cada comentario, texto, nota y testimonio que recibo de ustedes durante la semana, lo cual me evidencia el respaldo de Dios y es un impulso para continuar. Gracias por estar aquí. La taza de té se precipitó hacia el piso. Intenté detener la caída con mis manos, pero no lo logré. Cayó de manera estrepitosa en el suelo y por el impacto se quebró en varios pedazos. Estaba agrietada por el tiempo y el uso, pero aun así la seguía usando, pues...
Leer masHace unos días acompañaba a Josué -mi hermoso hijo de cuatro años- a realizar tareas escolares. Era un ejercicio de grafomotricidad que consiste en trazar líneas y curvas siguiendo los puntos hacia una dirección específica. Desde arriba hacia abajo y viceversa, hasta completar toda la ruta. Él inició el trabajo muy animado. Sin embargo, al transcurrir unos minutos trabajando en el ejercicio, algunos trazos se le salían de la ruta y de pronto declaró: “Yo no puedo, yo no sé”. E inmediatamente...
Leer masA inicios de mi matrimonio, en una ocasión visitamos la casa paterna de mi esposo ubicada en lo profundo de la zona sur de nuestro país. Era la temporada de verano. Recién casada, procuraba conocer lo más que podía las costumbres de mi nueva familia, e integrarme a ellas poco a poco. Para esa visita, me animé y me ofrecí a apoyar en el proceso de cocinar para todos. No he sido una experta en las artes culinarias, pero ahí me encontraba yo con el reto de cocinar en aquel hermoso “fogón” de...
Leer mas¡Hola mis amados lectores! Agradecida con el Padre por el tiempo que me dedican y de crecer juntos en esta maravillosa aventura. Cada mañana recorro aproximadamente una hora en mi vehículo para llegar desde mi casa a mi lugar de trabajo. La ruta es de solo unos dieciséis kilómetros de distancia. que debería transitar en un tiempo promedio de veinticinco a treinta minutos. Esos sesenta minutos que manejo -en lugar de los treinta minutos promedio- evidencia el tránsito caótico que se vive en mi...
Leer mas- ¡No salgan a mojarse mis hijos! – recuerdo escuchar a mi madre gritar con voz preocupada. Otra vez, a pesar de sus múltiples indicaciones para que no saliéramos a bañarnos en la lluvia, aquí estábamos de nuevo mis hermanos y yo, disfrutando de la lluvia en aquella calurosa tarde de septiembre del año dos mil. Habíamos sido tentados nuevamente a disfrutar de la refrescante agua lluvia tras escucharla caer sobre el techo de zinc de la pequeña casa en la que vivíamos. Y mi madre nos...
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