una mujer transformada
que nació para adorar y servir
He vivido etapas que me han llevado reconocer quien soy.
Por varios años viví tiempos en los cuales me creí sin propósito, fui rechazada, me sentía fea y me embargaban sentimientos de abandono, caminaba sin propósito, solo comía y vivía, y entonces me escondía, tal cual oruga se esconde pensando que la puedes eliminar.
Por pura gracia, a la edad de 16 años conozco al Señor y ahí inicia mi proceso de transformación dentro de la crisálida, cuando Dios me habló a través de su Palabra en Jeremías 1:5
«Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones» (NVI)
y ahí me indica el propósito eterno para el que nací. En esa etapa de estar apartada viví un tiempo de construcción donde reconozco mis talentos e identidad en Cristo, pude perdonar, sanar y olvidar.
Durante mi proceso de transformación descubro la belleza de mi creación y al empezar a caminar en la voluntad del Padre descubro también la libertad y la plenitud que solo Él puede dar y entonces ahí empiezo poco a poco mi tiempo de vuelo, abriendo progresivamente las alas, y puedo apreciar lo hermosa que soy y levantarme para alcanzar vuelo libre y vivir en plenitud, cual hermosa mariposa creada por el Señor.
¡Hoy te invito a que vivas conmigo esta aventura y puedas reconocer las promesas de Dios para ti, que volemos juntas sobre esas promesas y dentro del propósito de Dios, y puedas así alzar vuelo con alas hermosas de mariposa, bajo la gracia de nuestro Creador!
Cuando decidimos creer en Jesucristo, rendimos nuestro corazón para que Él pueda trabajar en nuestras vidas todas aquellas áreas que necesitan ser transformadas.
Cuento con que al acompañarme en esta hermosa aventura podamos juntas caminar este proceso maravilloso, en el que originalmente nos identificamos con la oruga, para que de manera progresiva y finalmente poder volar cual hermosas mariposas que Dios diseñó para este tiempo.
